lunes, 18 de julio de 2011

NO SE LLAMARA

Mateo; ese iba a ser mi nombre, planeado y escogido desde unos cuantos meses antes de que mis padres se enteraran del pequeño inconveniente .
¡Era una niña!
Así fue como nuevamente la búsqueda de un nombre comenzó ; mi mamá fue la primera en sugerir, - Gabriela, pongámosle Gabriela – pero tan rápido como ese nombre apareció se descarto pues mi papá (que se llama Gabriel) se negó por el hecho de ser el femenino de su nombre, la búsqueda continuo.
Los días seguían corriendo y mis padres todavía no tenían mi nombre pero si las pautas que debían seguir.
Primero; no querían un nombre relacionado a la biblia o sus parecidos.
Segundo; los nombres compuestos no estaban en sus planes pues luego de encontrar la combinación perfecta nadie la usa y solo eres llamado por uno de tus nombres.
Tercero; el diminutivo del nombre (por alguna extraña razón) tenia una gran importancia para mis padres, pues sabiendo que podría llegar a utilizarse tanto como el nombre mismo, este también debía gustarles.
Cuarto; y quizás la mas importante tenia que ser el femenino de un nombre originalmente masculino, pues  creen que un nombre con esta característica no se relaciona fácilmente con la fragilidad y la meloseria, teniendo más carácter.
Sin embargo  y a pesar de  haber establecido ya unas características para determinar mi nombre, este no  era asignado. Así como un recurso más  decidieron comprar un libro acerca de los significados de los nombres , quizás les daba una idea, un nombre; mi nombre, pero esto nunca sucedió, ya que en el momento en que fueron a comprar el libro, editorial circulo de lectores, el vendedor les ofreció un magnifico libro de frases celebres; esto llevo a mis padres a tomar una dura decisión, frases o nombres, ocupando hasta hoy el libro de las frases un lugar en la biblioteca.
De esta manera para ponerme nombre fueron pensados todos los que no querían para mí, lo cual fue tan importante que no recuerdan cómo surgió finalmente mi nombre, siendo ello un total misterio. Mi mamá acepta no acordarse y sostiene que para ella lo mas razonable es que halla sido llamada Daniela porque tenia grandes parecidos con Gabriela. Para mi papá mi nombre salio  una noche mientras veían televisión  cuando (según el) en el programa que estaban viendo o en una propaganda apareció una niña llamada Daniela; pero yo opino que mi nombre simplemente  se dio, tal como lo dice mi mama, como una “iluminación”.  


                                                                                                                       Daniela  Páramo  Prieto

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